En el contexto de la
trilogía de “El Guerrero Solar” este tercer libro llamado “El Porvenir” emerge
aportando una serie de contenidos que constituyen la verdadera prueba de fuego
para todo aquel que aspire a encarnar de nuevo el arquetipo del Guerrero Solar
en las condiciones específicas del Siglo XXI. “Condiciones específicas”: ésta es la premisa fundamental de toda
esta tercera obra. Mientras que en “Orígenes, Ascenso y Decadencia” como en “El
Eclipse” se enfatiza más en los aspectos míticos, legendarios y estrictamente
históricos de aparición frugal del Guerrero Solar en el dominio humano, en este
tercer libro “El Porvenir” se ha optado por poner los pies en la tierra de
nuestra época concreta, el Siglo XXI. Ahora bien, el pretender “poner los pies
en la tierra” tampoco es una tarea tan fácil en nuestros tiempos, incluso para
aquel que quiera vigorosamente transitar a lo largo de la vía heroica…
Esto es así porque en
general en las sociedades industrialmente y tecnológicamente avanzadas el
conocimiento que arrastramos en nuestra psique, y los vínculos o experiencias
que establecemos con el mundo concreto se hallan confinados en dominios
separados entre sí. Así, por un lado albergamos gran cantidad de nociones
culturales, políticas y científicas que fueron eficaces para ciertos estratos
sociales de Occidente durante los siglos XIX y XX, pero que ya resultan
totalmente inaplicables en las condiciones específicas del siglo XXI. Por
tanto, cuando abordamos la tarea de definir estas “condiciones específicas”
carecemos de un criterio o punto de vista adecuado, adaptado a nuestros
tiempos. Hay quien puede pensar que se puede seguir el método científico en
estos casos, y efectivamente creemos que tal aproximación constituye un
requerimiento básico, pero incluso cuando se aplica con rigor el método
científico es siempre importante mantener la prudencia de que -como se
desarrolló más en detalle en “El Eclipse”- tales métodos pueden servir a formas
del conocimiento de los que el observador puede ser en muchos casos
perfectamente inconsciente.
Esta precaución nos
impidió en este segundo libro aproximarnos a las “condiciones específicas” de
nuestros tiempos mediante una mentalidad estrictamente científica, y es que
como se demostró en “El Eclipse”, el hecho de abordar el dominio físico de
nuestros tiempos agotando las posibilidades que ofrecen el conjunto formado por
los paradigmas científico-reduccionistas, los paradigmas de la física de
sistemas no-lineales y los de la cibernética nos lleva a un punto en el que
inevitablemente el espíritu del observador se fusiona con el espíritu de lo
observado. En última instancia, uno sólo puede observar en el mundo lo que uno es en sus múltiples
expresiones, y por tanto la gran pregunta se corresponde al final a la de
¿Quién es aquí el observador?
Es precisamente en este
punto que el mito nos ha asistido a salir del apuro. Aunque en este tercer
libro de la trilogía “El Guerrero Solar” se prescinde de aproximaciones
respecto al mito y la leyenda que están mucho más presentes en el tomo
“Orígenes, Ascenso y Decadencia”, en realidad el hilo conductor dorado de todo
el desarrollo y de todo el visionado concreto de la realidad de nuestros
tiempos se ha realizado en este tercer libro en última instancia “a vista de
águila”, esto es, mediante la fusión con los principios Solares.
Éste ha sido el
posicionamiento. Y debe parecer a primera vista el más adecuado, pues vivimos
en tiempos donde las distancias disponibles han aumentado en proporción inversa
a los tiempos disponibles. Y partiendo de nociones y cosmovisiones guerreras
perdidas en la noche de los tiempos que definían en gran medida un modo de experimentar el mundo antes que un modo
de meramente “pensarlo”, nos ha asistido en esta aproximación a nuestros
tiempos un retorno al valor de la acción,
como expresión de una praxis, o un
modo de operar sobre el dominio físico que sigue unas finalidades muy
definidas, aunque no necesariamente conocidas por el individuo que ejerce tales
acciones debido a la existencia de la separación anteriormente mencionada entre
los conceptos oxidados que arrastramos y el conocimiento simbólico de nuestras
acciones.
Y en el dominio de la
experiencia efectiva y concreta sobre el plano material, se ha mostrado en el
segundo libro de la trilogía “El Eclipse” como en nuestras sociedades urbano/industriales
la naturaleza de las acciones humanas sobre el mundo o la praxis específica es de tipo técnica/cibernética/funcional. En el
dominio de las organizaciones, los Estados y las relaciones individuales, son
estas acciones las que permiten al individuo del siglo XXI integrarse en la
sociedad. Existen obviamente un caos de muchas otras acciones ejercidas por los
individuos en nuestros días, pero existe sin embargo un monopolio progresivo de
las acciones técnica/cibernética/funcionales, y ante el poder intrínseco de
estas acciones todo lo que el individuo crea o piense tiene cada vez menos
relevancia, pues tales creencias o pensamientos no pueden dirigir de ningún
modo tales acciones.
¿Qué entidad ejerce aquí
el monopolio? El Tecno-Sistema, el cual hemos descrito y definido con
profundidad en el segundo libro “El Eclipse”. Para definirlo muy brevemente, el
Tecno-Sistema es una entidad o SuperEstado de orden planetario que monopoliza
las acciones de las organizaciones, Estados e individuos en una dirección muy
definida. Por su parte, el subsistema económico global se ha sometido asimismo
a los determinismos del Tecno-Sistema, y en última instancia la única praxis que permite que una organización,
individuo o Estado adquiera hoy en día un beneficio económico importante en sus
operaciones productivas es si incentivan y centralizan las componentes
cibernética/funcionales de sus decisiones e implementaciones. Y sin embargo
estas ventajas van a la par de una serie de consecuencias importantes a nivel
humano, y es que de forma progresiva se crean unas dependencias y apegos entre
el hombre y los mecanismos funcionales de su entorno que conllevan la
modificación de las configuraciones psico-somáticas del individuo, los cuales
quedan casi siempre relegados al dominio subconsciente, sin que hoy existan en
la práctica enseñanzas o métodos que permitan al homo-technologicus ser consciente de tales fuerzas oscuras.
Ante esta situación
hablar de libertad humana es obviamente ilusorio, pues los patrones y
automatismos introducidos en las regiones profundas de la psique por las
configuraciones funcionales del entorno tecnológico modifican sustancialmente
la dirección de las acciones del individuo, careciendo éste en última instancia
de la capacidad de gobernar tales impulsos. Y sin embargo, en ningún caso esta
situación tiene que ser traumática, pues por el otro lado el entorno
mecanístico y funcional integrado en el Tecno-Sistema provee al individuo de
toda una serie de compensaciones virtuales -es decir, compensaciones que no
afectan a su capacidad de tomar decisiones efectivas- en las que el individuo
se crea o “construye” sin embargo la ilusión puramente artificial de la
libertad de elección. La carencia de libertad unida a la carencia de traumas
existenciales es lo que puede facilitar en nuestros tiempos la relativamente
nueva condición de esclavo feliz y autosatisfecho
Esta ilusión concedida
por el Tecno-Sistema al individuo que se halla en él integrado se corresponde
con una ilusión que se ha manifestado en nuestros tiempos en dos vertientes
principales: la ilusión acerca del uso
individual de la técnica, y la ilusión de que la política moderna, la ciencia y
la opinión pública puedan determinar
a priori la dirección del desarrollo tecnológico.
La ilusión del uso de la
técnica moderna es explicada en detalle en “El Porvenir” como la idea falsa de
que el hombre pueda determinar un fin “bueno” o “malo” de un dispositivo
tecnológico dado. Se muestra en este tercer libro de “El Guerrero Solar” como
en el caso de los dispositivos modernos de esencia sistémica, cualquier
“superestructura” moral resulta incompatible con los potenciales intrínsecos de
desarrollo de la infraestructura tecnológica misma. Esto es así en gran medida
porque el objeto técnico moderno se ha tornado cibernético y sistémico, y tal
transformación implica necesariamente que el análisis de cualquier “uso
individual” tenga que ser radicalmente diferente. Así, en nuestros tiempos es
muy ingenuo separar los dispositivos o gadgets de la infraestructura industrial
y tecnológica de escala global que los ha hecho posible. Esta infraestructura
industrial y sistémica se ha definido en “El Porvenir” como el continente del Tecno-Sistema, en el cual
se hallan los determinismos y leyes impersonales que lo dirigen de modo autónomo.
En este continente o matriz del Tecno-Sistema se integran los
contenidos en los que el individuo
goza de la libertad de elegir un espectro amplio de usos y consumos, aunque
ninguno de estos usos o consumos puede modificar un ápice el continente, en modo similar a cómo el
color de la carrocería de un coche se corresponde con una decisión individual
que no altera las características técnicas del motor del coche. En otras
palabras: miles de coches de colores con los colores más diversos van todos a
casi la misma velocidad media cuando circulan por el entorno urbano…
Por tanto, un individuo
puede utilizar un coche para llevar los críos al cole o para matar por
atropello, pero ninguna de estas decisiones marginales e individuales puede
modificar un ápice la dirección del desarrollo tecnológico e industrial del
sector automovilístico en su conjunto, el cual sirve a determinismos autónomos
e impersonales que trascienden la esfera económica misma. Esto no quiere decir
que el hombre esté sujeto necesariamente a un sistema que lo doblega y vapulea
a su antojo; en realidad aunque el desarrollo del Tecno-Sistema sea autónomo
como un gigante desencadenado, ello no quiere decir que el hombre, en su tarea
heroica, no pueda posicionarse con total libertad frente a los diferentes
niveles de fenómenos técnicos integrados en el Tecno-Sistema. Por ello que,
siguiendo las tesis de Marshall McLuhan según el cual “el medio es el mensaje”,
la verdadera libertad humana en nuestros días consiste en elegir libremente los
medios existentes en el continente
del Tecno-Sistema, dejando en segundo lugar el supuesto valor de los contenidos, los cuales son altamente
virtuales respecto de su influencia tanto en el interior del hombre como en la
configuración del dominio externo. Así, para poner un ejemplo simple e
introductorio de esto último, la verdadera libertad humana consiste en realidad
en dominar el deseo de encender o apagar la televisión o el smartphone, y no la
pseudo-libertad de elegir entre un surtido de 200 canales o páginas web, luego
de haber estado en contacto con el contenido
de tales canales o páginas web.
Todas estas ideas sonarán
muy radicales al lector, y en este tercer libro de la trilogía “El Guerrero
Solar” se asume asimismo que el lector debe practicar la virtud de la paciencia
para ir percibiendo esta nueva cosmovisión en su experiencia directa. Por
supuesto, otra de las condiciones necesarias para alcanzar tal cosmovisión
exige por parte del aspirante a Guerrero Solar del purgado de la ilusión de la política moderna. La
“ilusión política” es una expresión tomada del filósofo francés Jacques Ellul,
en el libro que lleva tal nombre. Si se extrapola hacia el nivel de gobierno
nacional la incapacidad por parte del individuo de determinar la dirección del
proceso de desarrollo tecnológico, emerge la lógica pregunta de si los
representantes políticos modernos y los gobernantes pueden acaso liderar o
dirigir tal desarrollo. Para responder a esta pregunta debemos determinar
cuáles son las finalidades que proponen la clase política y cuáles son los
medios disponibles para hacer efectivos tales finalidades. Ciñéndonos a las
condiciones existentes en las sociedades urbano/industriales modernas, veremos
que el político moderno de éxito propone a los ciudadanos finalidades que están
referidas al crecimiento económico y el bienestar de los ciudadanos y votantes.
Estas dos finalidades sólo son posibles mediante una adecuada y óptima gestión
de los medios de producción, los cuales son de naturaleza técnica y
tecnológica. Y en este caso, los individuos capacitados para favorecer y
optimizar el desarrollo de tales medios no son en la práctica los políticos,
sino el conjunto formado por los ingenieros, los científicos, los técnicos y
los tecnócratas. ¿Entonces cuál es el papel que tienen los políticos en todo
esto? Tanto los políticos como los contenidos de la opinión pública (famosos,
deportistas, artistas, etc) sirven en esencia para fortificar en el individuo y
votante su sujeción consciente y subconsciente a determinadas ideologías (la felicidad,
el trabajo, el progreso…) que son necesarios para movilizar los recursos que
hacen que el desarrollo incesante del Tecno-Sistema sea posible. En otras
palabras, el dominio político, de haber constituido un fin en Occidente antes
del siglo XX, luego de la constitución del Tecno-Sistema durante el siglo
pasado se ha convertido en un medio, un contenido
de naturaleza espectacular que no tiene ninguna influencia en el continente del Tecno-Sistema.
De nuevo, esta tesis
podrá parecer muy radical al lector, y sin embargo en este tercer libro se la
ha puesto a prueba en el “laboratorio” del mundo en un caso muy concreto y
crucial… Veamos…
Desde un punto de vista
exclusivamente tecnocrático, el Tecno-Sistema constituye la forma más avanzada
de civilización tecnológica e industrial, y como cualquier otra civilización,
se halla sujeta a procesos de crecimiento y decadencia. En el caso del
Tecno-Sistema, sus condiciones de existencia necesarias pero no suficientes son
las siguientes:
a) una sociedad tecnológica
en masa compuesta de individuos que actúan en base a las ideologías de la
felicidad (comfort) el trabajo, la ciencia, el progreso material, y
b) Fácil disponibilidad
de recursos materiales y energéticos
En el caso del Tecno-Sistema podemos
comprobar de forma fehaciente que el factor (a) sigue muy pujante, pero que en
la condición (b) estamos experimentando ya importantes problemas. En general,
mientras exista una fácil disponibilidad de recursos materiales y energéticos
casi cualquier problema técnico tendrá una solución técnica. Pero si el factor
(b) falla, entonces el desarrollo tecnológico comienza inevitablemente a
ralentizarse, y el papel de los técnicos comienza a ser cada vez mas
inoperativo.
La velocidad de
desarrollo del Tecno-Sistema es altamente dependiente de un cociente, el TRE
(Tasa de retorno energético) global, que expresa la cantidad de energía
obtenida por el sistema de forma neta en los procesos globales de obtención de
energía. Esta TRE está cayendo ya desde hace tiempo y tal caída es
irreversible, puesto que el Tecno-Sistema no es capaz de reciclar la disipación
de los recursos finitos sobre los que se sostiene. Esto producirá
necesariamente en los próximos años un declive, acompañado de un colapso
abrupto del Tecno-Sistema… Así que: “Houston, tenemos un problema”… ¿Están
acaso los políticos reaccionando ante este problema que es muy real y nada
virtual?
En absoluto, y en última instancia “siguiendo
el guión”, pues la función de los políticos modernos es alimentar los deseos de
las masas integradas en las sociedades tecnológicas. Contribuyendo a esto
último ha venido en los últimos tiempos la ideología de la “sostenibilidad”. Y
decimos ideología, pues de haber sido considerado en sus inicios un término que
implicaba un vínculo estable y harmónico entre el hombre y el entorno, ha
pasado a ser una mera justificación del desarrollo e implementado de
tecnologías cibernéticas/sistémicas como los “smart grids”, y de la producción
de energía a partir de recursos renovables mediante tecnología eólica,
fotovoltaica, etc. En el caso de los “smart grids” el criterio es a priori
incrementar las eficiencias y la mejora de la distribución de energía para la
sociedad, la cual en términos productivos están experimentando ritmos
decrecientes de producción. Hasta aquí todo parece adecuado, e incluso de
sentido común… Y sin embargo la comprensión de las leyes del Tecno-Sistema nos
permite ver en este tomo “El Porvenir” cómo estas medidas refuerzan todavía más
los imperativos internos del Tecno-Sistema, que de forma agregada siempre
exigen un crecimiento constante de la depredación energética del planeta. Y
este fenómeno que tiene lugar en todo el dominio de las tecnologías
“eco-eficientes” se puede aplicar perfectamente al dominio de la energía
fotovoltaica, eólica, y más recientemente el proceso de “fracking” en los
E.E.U.U. Esto no quiere decir que el futuro de la obtención de la energía de
forma sostenible no sea a partir de fuentes renovables, pero si tal obtención
se logra de forma efectiva en un futuro de forma verdaderamente sostenible,
deberá ser libre de los imperativos del Tecno-Sistema.
Absolutamente ninguna de
estas tecnologías es capaz, incluso suponiendo que se pudiesen aplicar a escala
global, de compensar el declive del TRE global, el cual supone la verdadera
“oxigenación” del Tecno-Sistema y todo aquello que de él depende; un “oxígeno”
que es mucho más crucial que la disponibilidad de recursos estrictamente
financieros como el dinero. En última instancia, la llamada “deuda global” es
una deuda entre las demandas incesantes de desarrollo del Tecno-Sistema y la
capacidad de las sociedades humanas y el planeta de satisfacer adecuadamente
tales demandas.
Estas demandas no podrán
ser satisfechas debido a límites estrictamente energéticos, y eventualmente la
“baraja se romperá”, o mejor dicho, el “castillo de naipes” del Tecno-Sistema
se vendrá debajo de forma abrupta en términos históricos. La irreversible
pendiente de este declive está vinculado al elevado nivel de integración del
Tecno-Sistema en todos sus aspectos, lo cual le otorga una gran fragilidad e
incapacidad para la autorregulación cuando las demandas energéticas no son
satisfechas. Este previsible fenómeno puede dar lugar a escenarios de lo más
diverso que el lector es libre de imaginar, pero que en “El Porvenir” se han
pretendido poner de relieve en los aspectos existenciales de tipo destructivo y
constructivo para el individuo que aspira a la condición de Guerrero Solar.
Quizá uno de los
fenómenos más negativos que emergerá durante tal proceso de colapso global sea
lo que en “El Porvenir” se define como la rebelión tiránica de las masas.
Recurriendo a los autores que mejor han sabido definir el concepto de
“hombre-masa” en este tercer libro de “El Guerrero Solar” se pone de relieve que
el Tecno-Sistema exige que el individuo adopte actitudes pasivas, obedientes o
de “estímulo-respuesta” para una mejor integración cibernética, pero que una
vez que tanto la superestructura ideológica como la infraestructura material
del Tecno-Sistema colapsen inevitablemente, tales actitudes pasivas ya no serán
útiles y el individuo tendrá que enfrentarse a sí mismo. En esta situación
pueden emerger a la superficie de la conciencia las tensiones o pulsiones
reprimidas, los odios, afectos o desafectos que exigirán su botín sobre el
mundo, dando lugar a actitudes subversivas, destructivas, criminales y
anárquicas a todos los niveles. Si existe un tipo de individuos predispuesto a
la adopción de estos comportamientos será la plebe o la chusma, que hoy en día no
tienen absolutamente ningún vínculo con las condiciones económicas o estatus
del individuo.
Será importante que el
Guerrero Solar conozca en tales situaciones de caos de civilizaciones cuáles
son las características tanto de la chusma como de los hombres-masa, pues ambos
representan respectivamente las dos encarnaciones crepusculares tanto del
SuperDragón como el Tecno-Sistema; representan las fuerzas conservadoras,
retrógradas, del pasado y de la oscuridad, las cuales el Guerrero Solar no sólo
debe vencer solamente en el exterior, sino primeramente en sí mismo.
Pero he aquí que también
del veneno se puede sintetizar una medicina, y ésta es la pretensión expuesta
en la segunda parte de “El porvenir”
En este video, el autor Miguel A. Fernandez explica la necesidad de recuperar la virtud heroica para afrontar los retos del presente y del futuro
En la segunda parte de
“El Porvenir” se hace un retorno necesario a valores que algunos podrán llamar
“arcaicos” aunque en realidad en este tercer libro de la trilogía “El Guerrero
Solar” se conciben tales valores más bien eternos,
no en sentido romanticista ni idealista por supuesto, sino en el sentido de que
ninguna cultura o vínculo creativo emergido entre el hombre y sus nuevas
condiciones de existencia han prescindido jamás de tales principios, los cuales
son luego encarnados en los príncipes, la realeza y la nobleza.
Sin embargo tal
majestuosa encarnación no es más que un “producto final”, un “producto
acabado”, que al igual que una Espada tiene que experimentar primeramente una
altas temperaturas de fundición para llegar a forjarse. Y es precisamente el
Guerrero Solar el que aspira a tal forjado, aunque como condición necesaria que
garantizará en el largo plazo la consecución final de tales objetivos a través
los dolores, los sufrimientos y el fuego infernal de tales experiencias es la
condición noble. Así, en esta segunda parte se ha recuperado del término
“noble” sus más primordiales significados y por tanto se le ha desprovisto de
toda acepción referida a “privilegios de cuna”, “títulos nobiliarios”, etc que
hoy en día no constituyen más que vanas cáscaras vacías, pues en última
instancia la nobleza sólo se puede poner a prueba en la lucha y en el combate,
y no precisamente en las fiestas “glamorosas” llenas de paparazzis del cuore. Por su parte, el hombre noble que aspira a
Guerrero Solar no tiene ninguna contemplación por las sensiblerías del cuore pues él tiene, en el fondo, un
corazón noble: un corazón honesto, leal y auténtico que se expone al combate y
a la lucha de forma inversamente proporcional a lo que se expone a los
cocktails, el “vivir bien” y demás maquillajes.
El hombre verdaderamente
noble no quiere “vivir bien”. Quiere combatir. Por esto, en esta segunda parte
de “El Porvenir” se expone un tratado radical y revolucionario del Guerrero
Noble, como condición de base para alcanzar una condición regia y Solar, la del
Guerrero Solar, que hoy -como en todos los tiempos- se constituirá al fin en
luz y faro del reino eterno, el Imperio
Solar.
Apéndice sobre el
matrimonio
En este tercer libro se
incorpora al final un tratado o apéndice acerca del matrimonio que se ha
considerado importante. En principio no hemos sabido si era editorialmente
mejor incorporarlo a este tercer libro de la trilogía o a los otros dos, pero
al final se ha optado por éste, puesto que este tercer libro está más
relacionado con el “aquí y ahora” que el aspirante a Guerrero Solar tiene que
afrontar en su tarea.
Se ha optado por escribir
un tratado acerca del matrimonio, puesto que el aspirante a Guerrero Solar
también debe ser muy consciente de lo crucial que es para su lucha el
establecer unos vínculos muy específicos con el sexo contrario. Así, teniendo
en cuenta que el Guerrero Noble del siglo XXI tiene como enemigo principal al
Tecno-Sistema, y sabiendo que este poder -invisible para la mayoría de nuestros
contemporáneos- se ha tornado ubicuo, existe la posibilidad de que la opción
del matrimonio moderno sea desaconsejable para el aspirante a Guerrero Noble
mientras está forjando su lucha, y mientras se halle “quemando” todos los
medios en la hoguera y en las llamas de su aspiración solar.
¿Por qué desaconsejable?
Por que el matrimonio, hoy como siempre, se corresponde a una institución
estatal, legitimada por una determinada estructura de poder, en la que un
hombre y una mujer (o en formas homosexuales que no necesariamente se
corresponden con los tiempos modernos, sino que existieron también en otras
épocas) se unen para compartir una forma de entender la vida. Esto último
acuerdo es el factor determinante para el éxito de un matrimonio, y es un
factor que trasciende el terreno económico, sexual, afectivo y social. Y del mismo
modo que en la Edad Media los matrimonios eran legitimados en Occidente por la
forma de Estado existente de entonces, la Iglesia, hoy los matrimonios son
legitimados por el Tecno-Sistema, no tanto de forma visible, pero por simple
interpretación de los elementos que rodean los ritos y ceremonias matrimoniales
de nuestros días.
¿Puede permitir el
Guerrero Noble participar en semejante juramento de fidelidad hacia una
cosmovisión contra la que en realidad está luchando? De ningún modo. Ello
constituiría la prueba de su interior abdicación y falta de vocación. Y sin
embargo, el Guerrero Noble puede establecer vínculos libremente elegidos con
mujeres, vínculos incondicionales en las que tanto el Guerrero Noble como su
amante sirvan a la misma idea, a la del Imperio
Solar, una idea que hoy en día no está materializada en ninguna parte, pero
que se alberga solamente en los corazones. Y en este sentido tanto el Guerrero
Noble como su compañera comparten lo más profundo de sus corazones,
experimentando quizá las formas más libres y elevadas de amor humano.
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"El Porvenir" Índice de contenidos
Parte 1
Jugando con las reglas del juego de la cibernética
Comienza la liberación de la esclavitud
Primera fase: liberación de la alienación económica
Algunas consideraciones previas acerca del concepto de
SuperEstado Tecnocrático
Los Imperativos del Tecno-Sistema
El velo de las ilusiones del Tecno-Sistema
El aspecto ambivalente del uso técnico
La ilusión de la política
Houston, tenemos un problema…
Un problema de energía neta
La producción energética del Tecno-Sistema
La Perversa Ideología de la Sostenibilidad
Notas a Parte 1
Parte 2
La rebelión tiránica de las masas
La masa. Características
Características existenciales del hombre-masa
Cultos típicos del individuo-masa moderno
Características de la chusma
Nobleza en el Siglo XXI
Notas a Parte 2
Parte 3
El Noble Guerrero
Culto a las Armas
Apéndice: El matrimonio
Notas a Parte 3
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